domingo, 20 de septiembre de 2015
EL CARÁCTER DE DIOS
jueves, 27 de agosto de 2015
SIETE HÁBITOS DE UN LÍDER EXITOSO
jueves, 2 de julio de 2015
NO HAY ATAJOS PARA LA MADUREZ ESPIRITUAL
NO HAY ATAJOS PARA LA MADUREZ ESPIRITUAL
Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese. (Filipenses 1:6 DHH)
Toma años para que nos desarrollemos y alcancemos la madurez de un adulto, y requiere una temporada completa para que el fruto madure y sea cosechado. Lo mismo es cierto para el fruto del Espíritu. El desarrollo de un carácter como el de Cristo no puede ser apresurado. El desarrollo espiritual, como el desarrollo físico, toma tiempo.
Lane Adams, asociado de Billy Graham comparó una vez el proceso del desarrollo espiritual con la estrategia que los Aliados usaron en la 2a Guerra Mundial para liberar las Islas del Pacífico Sur.
1. Primero, ellos deberían “ablandar" una isla, debilitando la resistencia al bombardear las fortalezas del enemigo con bombas desde los barcos en alta mar.
2. Luego, un pequeño grupo de marinos invadiría la isla y establecería una “cabeza de playa”—un diminuto fragmento de isla que ellos controlarían. Una vez que la "cabeza de playa" estuviese segura, ellos comenzarían el largo proceso de liberar el resto de la isla, un pedazo de territorio a la vez.
3. Eventualmente la isla entera llegaría a estar bajo su control, no sin antes librar costosas batallas.
Adams trazó este paralelo: Antes de que Cristo invada nuestras vidas en la conversión, Él algunas veces tiene que “ablandarnos" al permitir problemas que no podemos manejar. Mientras que algunos abren sus vidas a Cristo la primera vez que Él toca la puerta de sus corazones, la mayoría de nosotros somos resistentes y estamos a la defensiva. Nuestra experiencia de pre-conversión es Jesús diciendo, “¡He aquí! ¡Yo estoy a la puerta y traigo una bomba!”
En el momento que abres tu vida a Cristo, Dios obtiene una “cabeza de playa” en ti. Tú puedes pensar que has rendido toda tu vida a Él, pero la verdad es que, hay mucho en tu vida de lo cual no estás consciente. Tú puedes dar a Dios solamente tanto como alcances a entender en ese momento, no más. Eso está bien.
Una vez que Cristo obtiene una "cabeza de playa", Él comienza la campaña para tomar más y más territorio hasta que toda nuestra vida es completamente suya. Habrá luchas y batallas, pero el desenlace nunca estará en duda. Dios ha prometido que “el que comenzó en ustedes la buena obra la llevará a su completamiento hasta el día de Cristo Jesús” (Filipenses 1:6).
Por Rick Warren
Traducido por Floriano Ramos Esponda
Para profundizar y aplicar:
- Describe tu experiencia pre-conversión con el Señor. ¿Qué permitió Él que sucediera en tu vida que te ablandó? ¿Cómo respondiste?
- ¿Qué áreas no has rendido aún al Señor?
- ¿Qué clase de fruto quieres que Dios produzca en tu vida?
domingo, 21 de junio de 2015
LA HOSPITALIDAD SEGÚN JESÚS
domingo, 24 de mayo de 2015
sábado, 23 de mayo de 2015
HACIENDO LA TRANSICIÓN DE IGLESIA TRADICIONAL A IGLESIA MISIONAL
miércoles, 29 de abril de 2015
CUATRO SECRETOS DE UN MINISTERIO FRUCTÍFERO
La mayoría de la gente está interesada en, o con, la productividad. Pero la Biblia no usa la palabra “productividad"; en vez de eso, encontramos la palabra “fructificar.”
Dios quiere que tengamos ministerios fructíferos, así que yo quiero mostrarte algunos principios que producirán un fruto santo y agradable a Dios en tu vida. Creo que hay cuatro condiciones que son esenciales para tener un ministerio fructífero.
1. Primero, debes cultivar tus raíces.
Dios dice que no hay fruto si no hay raíces. Necesitas raíces particularmente cuando tus recursos son limitados, para cuando vengan los días de sequía.La sequía o estiaje, como tú sabes, es un período largo de tiempo en el cual no hay lluvia. ¡A veces llega a durar años!
Un tiempo de sequía en tu vida es cuando tienes que hacer algo sin contar con todo lo que necesitas para lograr lo que estás haciendo. Quizá necesitas tiempo, energía, dinero, salud o ayuda, y no lo tienes. Habrá períodos de estiaje en tu ministerio; es más, quizá estás en uno ahora mismo.
2. Segundo, debes eliminar las malezas en tu vida y ministerio.
Las malezas en tu ministerio, y en tu vida, son aquellas cosas que obstaculizan o limitan tu crecimiento espiritual. Malezas son las cosas que estrangulan tu relación con Cristo o que evitan un crecimiento mayor.
¿Cuánto esfuerzo se requiere para que crezcan las malezas? ¡Absolutamente ninguno! Tú no necesitas cultivar las malezas. De hecho, esa es la diferencia entre una maleza y un vegetal comestible. Aún cuando abones, riegues, y cultives un vegetal comestible, algunas veces estos mueren. No pongas atención alguna a las malezas, y ¡aún así crecerá!
Malezas son una señal de descuido. He hallado que cuando descuido mi tiempo de opcional con Dios, cuando soy negligente mi estado físico al no caminar ni hacer ejercicio, y cuando descuido mis relaciones más importantes en mi vida, las malezas comienzan a crecer y empiezan a estrangular y ahogar mi productividad.
3. Tercero, debes cooperar con Dios cuando pode en tu vida.
¿Qué es podar?
Posar no solamente incluye cortar las ramas secas y muertas, sino también algunas ramas vivas con el fin de mejorar la forma de la planta y estimular el crecimiento. Podar es esencial para incrementar la productividad. No es opcional. Si tú vas a ser productivo en el ministerio, Dios te hará pasar a través de tiempos de poda.
Dios te poda para que seas fructífero. En tu vida Dios no solamente corta las ramas secS y muertas; Él también corta áreas exitosas, AUN áreas que están llevando fruto maravilloso. Cuando Él hace esto podrías llegar a batallar en entender por qué, pero la razón es que Él te está preparando para un ministerio más grande y productivo.
4. Cuarto, debes esperar por la cosecha.
Llevar fruto toma tiempo. No sucede automáticamente. Tú no plantas una semilla en la tierra y en el siguiente día ya estás cosechando. Es de puro sentido común: las semillas deben ser plantadas. Luego las cubres con tierra, las riegas, las abonas y esperas en oración a que crezca la planta y puedas obtener fruto.
Tal como una semilla da vida a partir de su propia muerte, para que tú seas más efectivo en el ministerio debes morir a tu vieja naturaleza, morir a tus propios deseos y ambiciones en el proceso mientras esperas la cosecha. Crecer y dar fruto toma tiempo, pero no te duermas. Sigue conectado a Jesucristo.
Quizá has estado dormido por algún tiempo en tu ministerio. Mi oración es que tú mismo te darás a Cristo, diciéndole, “Señor, quiero trabajar en estas cuatro áreas: cultivar mis raíces, eliminar las malezas, cooperar en tu poda, y esperar por la cosecha. Dios, te confío lo que he sembrado, y confío en que lo que he sembrado, inevitablemente dará un cosecha para ti.”
Esta es la ley de la cosecha.