domingo, 20 de septiembre de 2015

«La persona de éxito tiene el hábito de hacer las cosas que a quienes fracasan no les gusta hacer», observó. «No necesariamente le gusta hacerlas. Pero su disgusto está subordinado a la fuerza de sus propósitos.» Esa subordinación requiere un propósito, una misión, un claro sentido de dirección y valor establecido por el segundo hábito, un ardiente «¡Sí!» interior que hace posible decir «No» a otras cosas. También requiere voluntad independiente, el poder de hacer algo cuando uno no quiere hacerlo, y depender de los valores y no del impulso o deseo del momento. Es el poder de actuar con integridad respecto de la primera creación proactiva.
Segundo hábito de la gente altamente eficaz.

EL CARÁCTER DE DIOS

El carácter de Dios

La misericordia, el amor y la gracia son aspectos esenciales del carácter de Dios. Vemos a los tres funcionando en todos los tratos de Dios con su pueblo, más profundamente en la relación de Dios con Israel en el Antiguo Testamento. A continuación aparecen unos ejemplos de ello.

MISERICORDIA:
Salmo 103:8
Lamentaciones 3:22
Jonás 3:12

AMOR:
Oseas 14:4
Deuteronomio 7:7
Malaquías 1: 2, 3

GRACIA:
Éxodo 34:6
Joel 2:13
Jonás 4:2