miércoles, 18 de enero de 2017

Las tres características de la misión de Jesús. "Misional y Simple"

JESÚS, MISIONAL Y SIMPLE

Floriano Ramos Esponda

Marcos 1:35 Las tres características de la Misión de Jesús.

“De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar solitario. “Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús, y cuando lo encontraron le dijeron: —Todos te están buscando. Pero él les contestó: —Vamos a los otros lugares cercanos; también allí debo anunciar el mensaje, porque para esto he salido. Así que Jesús andaba por toda Galilea, anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios.” San Marcos 1:35, 37-39 DHH

Fiel a su costumbre, después de un día de arduo ministerio, Jesús se apartó a un lugar solitario para pasar tiempo con su Padre en oración. Hasta allí llegaron Simón y sus compañeros para decirle que la multitud requería su presencia. La frase "todos te buscan" es casi como decirle, "atiéndelos, a ti buscan, por ti vienen, no por nosotros".

La respuesta de Jesús a la interrupción y observación de Simón me sorprende. Jesús no contesta algo relacionado con lo que Simón le dice, sino que sus palabras son extremadamente importantes para entender su ministerio y su misión. "Vamos a los otros lugares cercanos". Él no dijo vayan, ni dijo voy. Dijo “vamos”, primera persona plural. Él y ellos, no Él o ellos. El buen líder no manda que sus seguidores vayan sin él, ni va él sólo sin llevarlos. El líder eficaz va, pero involucra a sus seguidores. Les sirve de modelo y ejemplo. Les muestra cómo hacer las cosas. Eso hizo Jesús con sus discípulos. 

Con sus palabras y acciones Jesús nos muestra que su misión fue de propagación. Él dijo, “vamos a los otros lugares cercanos”; no al mismo lugar, sino a otros. Si Él fue a otros lugares, ¿por qué los creyentes de hoy no lo hacen?, sino que se quedan en el mismo lugar y con la misma gente. Si pusiste tu fe en Jesucristo fue porque otra persona dejó su zona de comodidad y fue a otro lugar, quizá tu poblado, ciudad, estado o país. Eso mismo deberíamos hacer tú y yo, dejar nuestra zona de confort e ir a otros lugares a compartir el evangelio del Reino de Dios. 
El propósito de ir a otros lugares cercanos era para “anunciarles el evangelio del Reino de Dios”, no con otro fin.  Su misión no sólo fue de propagación, sino también de proclamación. De igual forma los cristianos hoy debemos entender que el propósito de propagarnos en el tiempo y en el espacio es compartir el evangelio con quienes no lo han oído o entendido. Predicar, en este pasaje,  no es compartir un sermón o pieza homilética, sino simple y sencillamente comunicar, hablar, contar, decir a otros el evangelio que cambió nuestras vidas y nos dio salvación. Aun las personas que carecen de la facultad de hablar pueden comunicar el evangelio a través de señas, música, mímica, escritura, pintura, actuación, etc.

Lo que no se vale es que alguien se haya tomado el trabajo de compartirnos el evangelio, y que tú y yo sólo lo atesoremos sin compartirlo con otros. Jesús dijo, “vamos a los lugares vecinos cercanos a anunciar el mensaje”. Él es nuestro modelo en cuanto a dejar nuestro hogar  e ir a los lugares cercanos a comunicar el evangelio. Él, siendo Dios, se hizo carne y habitó entre nosotros, de tal modo que la humanidad pudiera ver su gloria.

Al final de su declaración Jesús dice, “porque para esto he venido, o he salido”. Su vida y misión fueron con propósito. Nunca dudó  de, o ignoró a qué había venido del cielo a la tierra. Tenía el fin en la mente. Sabía para qué lo había enviado el Padre del cielo a la tierra. La cuestión es ésta, ¿sabes tú para qué te creó y te salvó Dios? ¿Con qué propósito Él te ha permitido vivir el tiempo que has vivido, conocer las personas y lugares que has conocido, aprender lo que has aprendido, adquirir los bienes y habilidades que posees, y te ha dotado de talentos naturales y dones espirituales? Dios tiene una misión, su misión. Lo único que tú y yo podemos hacer es participar en y de su misión. Para eso, Él ocupa todo lo que somos, sabemos y tenemos, sea esto material, financiero, espiritual, social, relacional, intelectual, etc. Todo nuestro ser debe ser puesto al servicio de la Misión y del Reino de Dios. Éste es nuestro culto racional, nuestra liturgia lógica al Dios que por sus misericordias nos ha dado vida eterna.

No podemos hacer otra cosa que no sea propagar nuestra fe a través de proclamar el evangelio del Reino de Dios, porque ese es el propósito por el cual Él nos creó, salvó y llamó.

FRE

Chiapas, México

18 Enero 2017

1 comentario: