Hallando a los Cornelios del Siglo XXI
Las oraciones que Cornelio hacía, y las limosnas que daba, eran tomadas en cuenta por Dios. Cornelio era un hombre piadoso y temeroso de Dios con toda su casa.
Según la perspectiva de Pedro, de los cristianos de Jerusalén y de los judíos, una persona como este centurión romano no era digna de ser tomada en cuenta por Dios. Esto se aprecia en la exclamación de Pedro: "En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas". Lo cual deja ver que antes de ir a casa de Cornelio y ser testigo de lo que Dios hizo con éste y con sus parientes y amigos más íntimos, Pedro creía que Dios sí hacía acepción de personas, osea, que Dios tiene prefería a unos por encima de otros.
Hace 15 años, diciembre de 1996 para ser exactos, tuve la oportunidad y el privilegio dado por Dios de conocer a un grupo de Católicos Romanos Carismáticos en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Me invitaron a darles estudios bíblicos por las noches de 9 a 12, tres días a la semana en hogares. La primera noche que fui me recibieron cálidamente con la expresión "buenas noches, hermano". Como evangélico que era, sentí raro y hasta cierto punto feo, porque se me había enseñado a decir "hermano" sólo a los miembros de iglesias evangélicas. Sin embargo, esa noche disimulé muy bien mi molestia, y Dios me dio gracia delante de las 14 personas ahí congregadas.
Durante dos meses a razón de tres o hasta cuatro reuniones por semana, y como resultado de este ministerio que Dios me dio, bauticé a 14 personas en un afluente del Río Grijalva. Hoy, varios de ellos siguen en la vida cristiana, y el líder de aquél grupo es pastor de una iglesia evangélica en esta ciudad.
En septiembre de este 2011 Dios me abrió una puerta similar a aquella. Esta vez es a través de un primo mío que estuvo enfermo de cáncer de próstata, quien estuvo buscándome y procurándome hasta que pude visitarlo en su hogar, escucharlo y orar por él.
Dios, en su gracia, quiso restablecer su salud, y agradecido con Dios y conmigo, convocó a su familia nuclear y extendida (cerca de 40 personas) para que yo les compartiera la Palabra de Dios. Estaban allí tíos, primos y sobrinos míos, cuatro generaciones allí presentes. Todos ellos Católicos Romanos de la Renovación Carismática.
A la fecha, noviembre de 2011, Dios me ha dado el privilegio de ir dos veces a su casa en una ciudad cercana a donde yo vivo (50 minutos), y es sorprendente y maravillosa el hambre y la expectación que tienen por recibir la enseñanza de la Palabra del Señor. La segunda vez no hubo solamente familiares, sino que algunos de ellos llevaron a amigos suyos.
Al igual que Pedro, yo reconozco que "en todo lugar Dios se agrada del que le teme y hace justicia". Con estas dos experiencias, tengo que aceptar que hay más gente dispuesta y abierta a abrir las puertas de sus hogares para que alguien vaya y les enseñe la Palabra de Dios, que cristianos evangélicos dispuestos y disponibles a salir de sus templos e ir a donde están aquellos que, aunque son piadosos y temerosos de Dios, no conocen a Jesucristo como su Señor y Salvador.
Cornelio se convirtió a Cristo, pero Pedro se convirtió a los gentiles. Aquellos católicos romanos carismáticos se convirtieron a Cristo y yo dejé de ser aquél evangélico farisaico que me creía depositario del mensaje de salvación a fin de resguardarlo. Hoy, voy, convivo, les comparto las Sagradas Escrituras, como o ceno con ellos, pero sobre todo, estamos compartiendo nuestras vidas en ambas vías. Ellos aprenden de mí, y yo de ellos, pero todos aprendemos de la Palabra de Dios.
¿Podemos acaso impedir que reciban a Jesucristo como su Salvador y Señor , y así reciban al Espíritu Santo sólo porque no están yendo a un templo evangélico y las reuniones no sean como los típicos cultos evangélicos, sino más bien una reunión familiar informal y relacional donde Dios es el centro de las mismas?
Dios es libre de obrar de maneras que no estamos acostumbrados, y en lugares y ambientes diferentes a los que los evangélicos tenemos por normales. El es el Señor, yo sólo soy su siervo, su embajador, su testigo, y por la gracia de Dios "ahí la llevo". Espero no estorbar ni ser tropiezo a estas "ovejas que aún no han venido al Buen Pastor", pero que andan muy cerca. El me ha enviado a llevarlas su redil, a alimentarlas y pastorearlas, y a través de ellas, alcanzar a otras que sí andan muy lejos y muy perdidas.
¡Es hermoso ser un instrumento en las manos de nuestro Padre Celestial para cumplir sus propósitos!
¡A Él sea la gloria!
Floriano Ramos Esponda
Pastor despues de su mensaje en Honduras Iglesia Bautista Central quede impresionada Dios ha estado hablando a mi hogar en esa via que definitivamente Dios hablo a mi vida a traves suyo.¡Bendiciones!
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